De acuerdo a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la clasificación de las mieles se hace de acuerdo a su origen floral, geográfico y estacional. Estos son factores de referencia que ayudan a conocer su calidad y trazabilidad. No es lo mismo una miel multiflora que una de mezquite o de aguacate. Esta diferencia enriquece la oferta y el valor agregado para los consumidores. Asimismo, se debe poner en alto la identidad de las mieles. “El apicultor entiende la importancia de diferenciarlas, pues antes se mezclaban y así se vendían”, dice Ricardo. “Las que más piden son yucatecas, de dos floraciones, la de tajonal y de tsitsilché”, dice. También cuenta que crece el mercado para las de mezquite y la de acahual, también conocida como mantequilla, con amplia demanda en Europa. Sin embargo, muy poca gente en México está dispuesta a pagar un extra por una calidad orgánica o monofloral y diferenciada, o de comercio justo, declara Juan Ocaranza, de EDUCE Sociedad Cooperativa, quien trabaja con diferentes comunidades indígenas en Yucatán para la elaboración de mieles desde hace 25 años.
